“Estudiamos medicina juntos, empezamos como amigos y luego surgió el amor jejejeje” Así nos contaba Mirey su historia con Jorge, o Tato como todo el mundo le llama. Llevan casi siete años juntos y han dedicido pasar por la vicaría. Tato se vistió en casa, con el apoyo de su amigo y familiares más cercanos, y por supuesto de su Barça, que aunque no era el partido que retransmitían en ese momento.. pero él lo llevaba en su corazón. En sus preparativos hubo tiempo para todo, para estar nervioso, y para echarse unas buenas risas. Con ambiente distendido entre copas, fútbol y hasta una partida a la videoconsola.
Por su parte Mirey, se encontraba en el Hotel Meliá Barajas, junto con su hermana, sobrino y sus padres. Un ambiente intimo, que junto con la lluvia, daba unos toques nostalgicos. Y es que aunque no son muchas las novias que se atreven a realizar una boda de invierno, hay que decir que las bodas con lluvia tienen mucho encanto. La Parroquia Nuestra Señora de las Américas fue el lugar elegido para darse el sí quiero. El banquete lo celebraron en la finca La Quinta de Illescas, en Toledo. Un gran acierto con el que dar paso a una gran fiesta como los novios querían, con una hora loca, de máximo despendole, bailoteo y disfraces. Os aseguramos que esta pareja de venezolanos y sus invitados supieron disfrutar a tope de la boda.